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Hola Dana. – sonrió, mientras entraba.
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¿Qué tal? – cerré la puerta y lo seguí, como siempre casi dando saltitos,
debido a que sus pasos eran demasiado largos en comparación con los míos.
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He visto a doña Clara, me ha dicho que os habéis dejado otra vez el buzón sin
cerrar. – imitó la voz de mi vecina a la perfección mientras lo decía.
En
otra ocasión habría soltado una risotada, sin embargo, bufé, molesta. Doña
Clara era una mujer mayor, que vivía en el mismo bloque que Casandra y Jonás
desde… ni siquiera lo recordaba. Se había jubilado hacía años, aunque ahora
para pellizcar algo de dinero se dedicaba a ser “estilista profesional”, cosa
que en realidad no encajaba en absoluto con ella, dado que su anterior
profesión había sido la de dentista y sus extravagantes vestidos de colores
chillones, desde verde loro a amarillo pollito (recordaba que una vez incluso
se había puesto un sari naranja, adornado con lentejuelas doradas, que parecían
bailar sobre la tela, por doquier), me hacían desconfiar lo suficiente de su
profesionalidad, como para no pedirle jamás consejo sobre cómo debía vestirme.
La
aborrecía bastante y a ella yo tampoco le caía demasiado bien. Decía que mi ojo
de la moda estaba atrofiado y que debía pasarme algún día por su casa para que
me ayudara a ponerme en la onda.
Doña
Clara, o señorita Clara, como prefería ella que la llamaran, dado que nunca se
casó (me imaginaba perfectamente el motivo) era una mujer rubia, de marcadas
arrugas en su frente y profundos ojos celestes, que asemejaban los de un
pajarillo debido a lo pequeños y brillantes que resultaban, y que, de no ser
tan saltones, resultarían bonitos o podrían haberla hecho más agraciada.
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Seguro que no es más que una excusa para que Jonás vaya a hacerle algún recado.
Creo que está enamorada de él, siempre se lo come con la mirada. Incluso babea.
– fingí que me recorría un escalofrío.
Simon
rió alegremente.
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Eso sería muy propio de ella. ¿Te sigue cayendo mal?
-
No me cae mal – protesté, a pesar de que tampoco me caía especialmente bien –
pero no me parece bien que estafe a la gente. Les roba el dinero por la cara y
además viste como si hubiera la hubiera sacado de algún extraño circo de seres
gruñones y coquetos.
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Ah, estáis hablando de doña Clara. – intervino Harry, sonriente.
-
Hola Harry, cuánto tiempo. – saludó Simon, mientras levantaba la mano para
chocar los cinco con él.
-
Hola, Simon el friki. - Harry le guiñó
un ojo y lo dejó colgado con el saludo, mientras agarraba su mochila y se la
colgaba sobre los hombros.
-
Harry – protestó Casandra, mientras se quitaba un mechón castaño de los ojos –
no se le habla así a la gente.
-
¿Por qué? Si él sabe perfectamente que es un friki. No me mal interpretes
Simon, me caes bien.
Casandra fulminó a Harry con la mirada.
-
No importa, Casandra, no me molesta en absoluto, es más, tiene razón. –Simon se
encogió de hombros con toda naturalidad.
-
Eres demasiado bueno, Simon. – murmuró Casandra, mientras lo miraba con afecto.
Simon
había sido mi mejor amigo, casi desde el
momento en que nos conocimos.
Recordaba
que el primer día de clase, estaba tan nerviosa, que no lo había visto, hasta
queme dí de bruces contra él, tirándole todos los libros encima suya.
Sonreí,
al recordar su expresión de desconcierto en aquel instante. Parecía llevar
grabado en la frente: << ¿Qué te he hecho para merecer esto? >>
-
Dana, termina de arreglarte y así podrás irte con Simon. – farfulló Casandra
mientras se daba la vuelta para ayudar a Harry con sus cosas.
-
Pero si ya estoy lista. – me quejé, impotente. Cuando Casandra daba una orden
era imposible rebatírsela.
-
¿Te has cepillado los dientes? – dijo Harry, burlón, mientras enarcaba una
ceja.
Sentí
una pequeña punzada de celos. Yo jamás había aprendido a hacer eso. Y, por lo
que parecía, todo el mundo parecía poder hacerlo con naturalidad.
-
Está bien, ya voy.
Arrastré
mis pies, por la fría losa, con desgana.
Mientras
pasaba con fuerza en cepillo entre mis dientes, casi con ferocidad, intentando
eliminar cualquier resto del desayuno, observé el reflejo que me miraba
fijamente, desde el espejo ovalado del baño.
Tenía
el pelo castaño oscuro, muy oscuro, tanto que parecía negro… y lacio, desde pequeña.
Recordaba
que mi madre solía acariciármelo mientras charlábamos, antes de irme a dormir,
haciéndome trenzas, para que a la mañana siguiente pudiera llevar el pelo
ondulado al colegio.
Sentí
una punzada de dolorosa añoranza, justo debajo del corazón.
Procuraba
no pensar demasiado en mi madre, ni en mi padre, porque si lo hacía, no podría
contener las lágrimas. Y yo no era una niña tonta que se pasaba el día
llorando, regodeándose en sus desdichas. No, había que tirar siempre hacia
delante. Era mi manera de subsistir.
Mis
ojos eran azules, muy semejantes a los de Harry, de un color oscuro y casi eléctrico.
Siempre
había tenido los ojos relativamente pequeños, aunque luminosos, por el
contrario mi hermano los tenía grandes y muy azules en comparación. En el
rostro, me parecía demasiado a mi padre. Los pómulos angulosos y la nariz
rectilínea y poco pronunciada. Pero, las cejas y la boca eran exactas a las de
mi madre. Incluso me parecía mucho a ella en la manera de mirar. Siempre con
esa fuerza distante y el brillo de inteligencia en el rabillo de los ojos.
-
Date prisa Dana. – gritó Harry, desde detrás de la puerta, mientras la
aporreaba, con ambas manos.
-
Espérate, ahora estoy yo. – me quejé, aunque ya estaba secándome la boca y
veloz como un rayo de luna, aproximándome al pomo para abrir.
-
¡Necesito mear! – exclamó Harry.
Abrí
la puerta justo en el momento que la mano de Casandra voló a la nuca de Harry.
-
Se dice ir al baño, no mear. – dramatizó la palabra haciendo que pareciera una
palabrota.
-
Está bien, – puso los ojos en blanco – necesito “ir al baño para ir al baño”.
¿Mejor? – no esperó a que Casandra le contestara que, ya había cerrado la
puerta y entrado al baño.
-
No sé cómo se las apaña para encontrarle la pega a todo o el lado cómico. – las
palabras sonaban a reproche, pero el tono con el que las dijo demostraba el
cariño que le tenía a aquel pequeño pillo que era mi hermano.
-
Me tengo que ir ya. – comenté, mientras verificaba que todavía no era demasiado
tarde – Pero puedo llevarme a Harry si se da prisa.
- Yo llevaré a Harry. – me aseguró – Anda, ve.
Le
dí un beso en la mejilla y agarré a Simon, tirando de él para irnos.
Ya
estábamos atravesando la tercera calle, de camino a la parada del autobús,
cuando él habló.
-
¿Vas a ir al recital de mañana?
Me
sentí desconcertada por un momento, hasta que recordé que le había prometido a
Simon, que iría a escuchar a su grupo, al día siguiente.
-
Claro, te lo he prometido, ¿no? – dije sonriéndole.
Su
habitual sonrisa se ensanchó.
-
¿Ya habéis decidido que nombre os vais a poner?
La
banda de Simon llevaba meses intentando encontrar un nombre que encajara con su
“rock-celta-moderno” como lo llamaban ellos. Lo cierto era que de celta tenía
más bien poco, pero como Johnny era irlandés, lo habían llamado así.
Simon
resopló con fastidio.
-
No del todo – contestó – Johnny quiere ponerle Los Leprechauns Marchosos y
Albert quiere que nos llamemos los
Oyentes de la Noche.
-
No es por ser borde o derrotista, pero con esos nombres no conseguiréis llenar
ni una butaca en el concierto de mañana.
Sobretodo con lo de “marchosos”. – me regodeé un poco en aquellos
nombres tan condenadamente malos.
-
Puff, y eso que no conoces los que propusieron Lucas y Tobías. – los ojos de él
se agrandaron con horror.
-
¿Eran peores?
-
Lucas quería ponernos, Epidural contra el mal de amores y Tobías, ya sabes que
le encantan los animales, quería que nos llamásemos los Labradores del Sur... o
algo así.
Epidural…
¿a quién demonios se le ocurriría un nombre así para una banda?
-
¿Por qué no le ponéis algo más… sencillo o significativo? – todavía no entendía
aquello.
-
¿Quieres oír el peor? Lo propuso Johnny cuando le dijimos que eso de los
leprechauns era una porquería. – sus ojos brillaron con sorna.
-
Adelante, no creo que me sorprenda. – le reté.
-
Viagra ochentera. Porque decía que levantamos la moral, al igual que la viagra
otras cosas, y que nuestro estilo se parece un poco al rock de la época de los
ochenta, mezclado con el “punk” actual. – sus ojos se agrandaron con horror.
Intenté
por un momento asimilar aquello. Rompí a reír ruidosamente, mientras seguíamos
avanzando.
-
Yo no propuse ninguno. – la voz de Simon demostró que había algo más oculto
tras aquellas cuatro palabras.
-
¿No se te ocurría nada? – pregunté, aún sabiendo que no era aquello lo que
quería decir.
-
Sí, pero no creo que les guste. – se encogió de hombros y clavó su mirada en el
suelo
-
¿Por qué? – seguí insistiendo.
-
Porque es una banda de Rock. – lo dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
-
Dímelo, por favor.
Me
miró, sorprendido.
-
No, es ridículo. – se sonrojó.
-
Por favor. – lo miré fijamente e hice una burda imitación de lo que sería un
puchero, intentando parecer lo más inocente posible.
Se
echó a reír ante mi expresión.
-
Está bien, te lo diré. – Se puso serio de golpe- Se me ocurrió… bueno, me
gustaba el nombre de los Ladrones del silencio.
Simón el friki.......jajajajajaajaj pobrecito, seguro que no es para tanto. Harry es tan monino, ojala mi hermano fuera un poquito más como él y menos capullo. Te repito que adoro como escribes, la descripciones, la forma de responder de los personajes. No sé, tiene nivel.
ResponderEliminarLos ladrones del silencio.....mucho mejor que Los leprechuns (o como sea) marchosos jajajajaja, pero sin duda mi favorito es viagra ochentera ¡sí señor!¡Un nombre así se merece una pancarta! (que va, es coña, prefiero el de simon)XD
Hace falta que te diga necesito más? MÁÁÁÁÁÁÁÁÁAÁS!!!
XXX
Yary
hahahaha Harry me da tanta risa :P XD y Cassandra es la típica mamá que se preocupa por todo lo que dice Harry! XD me cae tan bien :3 y después Dan :3 ¿Cómo cuantos años tienen todos ellos? D: Simón hace una banda con otros chicos y wa! XD hahaha los títulos de lo más feos, a mi me gusto el de Simón :P "Los ladrones del Silencio" :P OH YEAH, puedo escuchar el ROCK desde acá :P haha
ResponderEliminarPerdón por si me pase demasiado tarde:P pero bueno, ya estoy aquí!
Me gusto el capítulo y también me gusta mucho tu forma de escribir :D sigue así ^^
Jajaja casi me da algo cuando escuché el de viagra ochentera xD
ResponderEliminarEl de ladrones del silencio es muuy monoso ;3
Creo que me he enamorado de Simon "el friki" jajaja se parece a mí (en lo de que es friki y le gusta el rock) <33
Me gusta mucho como escribes, se te da muuy bien :)
En el otro capítulo me dejaste muy intrigada con lo del sueño ^^
Espero que subas pronto :3
Besitos
http://ocurrioenlanoche.blogspot.com.es/
PD: Soy Una Nueva Vida en tuenti :))
Me gusta el nombre del grupo propuesto por Simon, Henry es muy gracioso y Cassandra se comporta como una madraza ¿tendrá algo que esconder?
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